El rey del bosque, también llamado reina del bosque, reina mora,  sacha loro, zorzal overo y guirá-yurú, es un pájaro perteneciente a la familia de los tringílidos que extiende su hábitat por Argentina, Perú, Bolivia, Chile, Brasil, Paraguay, Ecuador, Colombia y Venezuela. En nuestro país su presencia está documentada para las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Córdoba y ocasionalmente Entre Ríos. Prefiere las zonas boscosas y las laderas montañosas hasta una altura de aproximadamente dos mil metros, aunque ocasionalmente se le encuentra muy por encima. En Jujuy habita toda la zona de Valles y Yungas y más raramente puede ser avistado en la Quebrada de Humahuaca.
      Es un ave arborícola de tamaño mediano (unos 20 centímetros de longitud). Se desplaza con lentitud y gran destreza entre las ramas. Es externamente negro, los hombros, el pecho y vientre son amarillo oro. Tiene una llamativas manchas blancas en las alas. El pico es muy grueso y de color gris. La hembra presenta los colores ligeramente atenuados y algunas manchas marrones en el pecho.
      Es abundante en las provincias del noroeste en las que habita, viéndoselo generalmente en las copas de los árboles, desde donde lanza un melodioso trino.
Se alimenta de granos, brotes tiernos, semillas, larvas, frutos y flores, ocasionando perjuicios en las plantaciones de árboles frutales, por los que a menudo es combatido por el hombre. De todas manera es también apreciado por los insectos que consume en la época en que cría a sus pichones.
      Su canto es muy melodioso, suave y de notas variadas, por lo que es perseguido para ser enjaulado, ya que se adapta perfectamente a la vida en cautiverio. Uno de sus principales depredadores es la urraca común, que no desaprovecha la oportunidad de comerse sus huevos y hasta sus pichones.
      El nido del rey del bosque es construido generalmente en una horqueta, a una considerable altura, con palitos, pastos y raíces, interiormente recubierto con plumas y hojas. En él la hembra deposita hasta tres huevos, dos veces por temporada.
      Por causa de su apreciado canto y su preferencia por la fruta, el rey del bosque es una especie en marcada disminución, si bien aún no se la considera en peligro.