Mariano Gordaliza
Guerrero de la Independencia
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Nació en Salta en el año 1778. Su familia poseÃa grandes propiedades agrÃcolas en Orán. Estudió derecho en la Universidad de Charcas, donde obtuvo el tÃtulo de abogado en 1798. Se casó con la jujeña MarÃa Manuela Otero, lo que motivó que Gordaliza se instalara en Jujuy hacÃa 1805. Â
A lo largo del perÃodo revolucionario Gordaliza ocupó diversos cargos polÃticos de primer orden en la provincia, asumiendo un rol muy importante en la reconstrucción del Jujuy de posguerra.  Fue el primer Teniente Gobernador de Jujuy, elegido por el cabildo en octubre de 1810, y confirmado por Castelli. A comienzos de 1811 se le otorgó el cargo de Asesor Letrado del Cabildo. Durante este perÃodo su principal tarea consistió en organizar la provincia en las labores de guerra, dando hospedaje, alimentos y reclutas al ejército revolucionario que luego partirÃa hacia el Alto Perú. Tiempo después se dedico a la organización del Éxodo que en 1812 llevó al pueblo jujeño hasta Tucumán.
En el Cabildo Abierto convocado en mayo de 1815, Gordaliza fue elegido Gobernador de Jujuy. Su gestión se vio dificultada por los conflictos por la autonomÃa jujeña con respecto a Salta, como asà también por la elección de Güemes como gobernador de la Intendencia que reunÃa a ambas provincias. El problema residÃa en que sólo el pueblo salteño habÃa elegido a Güemes, pero a los jujeños ni siquiera se les habÃa informado sobre esta elección. Tanto Gordaliza como el diputado y canónigo Juan Ignacio Gorriti desconocieron el gobierno de Güemes y le instaron a presentarse ante cabildo jujeño para que éste confirmara o rechazara su elección. Estas medidas suscitaron una creciente tensión entre el caudillo y el gobierno jujeño, y llevaron a que el primero instalara sus tropas en Jujuy. Finalmente las aguas se calmaron cuando Güemes accedió a presentarse ante el Cabildo jujeño el cual confirmó su cargo; a cambio, éste dio su apoyo a Gordaliza. Si bien el gobierno jujeño siguió presionando para obtener su autonomÃa, ambas partes dejaron de lado las disputas para unirse en la lucha contra el enemigo en común: los invasores realistas.
Durante 1815, Gordaliza dedicó buena parte de su mandato a la formación de una milicia de gauchos jujeños, para unirse al Ejército del Norte. Pero luego de la derrota de la tercera expedición libertadora hacia el Alto Perú en Sipe-Sipe, estas tropas se sumaron a la guerra gaucha comandada por Güemes.
Gordaliza sostuvo su gobierno hasta principios de 1817, cuando la gran invasión realista comandada por La Serna ocupó Jujuy. Cuando la ciudad fue recuperada por los ejércitos revolucionarios, Güemes designó gobernador de Jujuy a su cuñado, José Patricio Puch, desplazando a Gordaliza. Esto motivo que Gordaliza se uniera al partido opositor al caudillo, sumándose a un levantamiento fallido contra Güemes en 1821. En este contexto polÃtico adverso, Gordaliza debió exiliarse en Tarija. Por influencia de su aliado, el General. Arenales (gobernador de Salta) fue elegido gobernador de Tarija en 1826. Pero su gobierno fue fugaz, pues el partido tarijeño mayoritario se oponÃa a la dominación de Salta en sus tierras, y luego de llamar a un Cabildo Abierto, desplazó a Gordaliza de su cargo y éste debió regresar a Jujuy.
Cuando José Ignacio Gorriti asumió el gobierno de Salta, designó a Gordaliza como Gobernador de Jujuy, cargo que ocupó desde 1827 hasta 1831, año en el que los hombres del partido unitario debieron exiliarse ante la inminente llegada de Facundo Quiroga. Gordaliza se retiró de la polÃtica y se instaló en San Pedro, donde administró sus propiedades, dedicadas a la producción de caña de azúcar, hasta su muerte en 1835. (G. L.)
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