HacÃa 1810 ejercÃa su curato en la ciudad de Jujuy, donde se destacó como un temprano defensor de la independencia respecto de la corona española. Por su fuerte apoyo a la Revolución de Mayo, fue elegido mediante un Cabildo Abierto, convocado en septiembre de ese año, como diputado por Jujuy para representar a la provincia en la Junta Grande (el nuevo gobierno revolucionario formado en Buenos Aires y que convocaba a todas las provincias a enviar sus representantes para formar gobierno nacional). Ya en la Junta Grande, Gorriti se destacó como uno de los primeros pensadores, tal vez el primero, del federalismo y de la libre representación de los pueblos en igualdad de la Argentina. De igual manera, bregó por la formación de Jujuy como una provincia independiente, pues por aquel entonces, Jujuy pertenecÃa a la Intendencia de Salta. Sin embargo, debemos recordar que Jujuy contaba con su propio cabildo, lo que le permitÃa representarse a sà misma ante los gobiernos revolucionarios.
Una vez en Jujuy, Gorriti dio a Belgrano todo su apoyo, bendiciendo la bandera de su creación y siguiendo al pueblo en su traslado a Tucumán durante el Éxodo Jujeño. HacÃa 1815 fue elegido diputado para representar a Jujuy en el congreso de Salta, donde se pretendÃa resolver un conflicto polÃtico: Güemes habÃa sido electo gobernador de toda la Intendencia sin la participación de Jujuy. AllÃ, tras una larga serie de negociaciones, Gorriti consiguió que Güemes se sometiera a la elección del cabildo jujeño.
A finales de 1831, luego de haber terminado su mandato constitucional, Juan Ignacio Gorriti debió exiliarse en el Alto Perú, a consecuencia del triunfo de las fuerzas de Quiroga sobre Lamadrid en la batalla de Ciudadela, y en la cual el “Tigre de los llanos” se hizo con el control del norte. Durante su exilio en Cochabamba continuó con su curato. Luego fue rector del Colegio de Sucre, ciudad en la que falleció el 24 de mayo de 1842. (G.L.)