El lapacho rosado, también llamado crespo o morado, es uno de los árboles ornamentales preferidos de Argentina, muy utilizado en el arbolado urbano y en decoración de parques y jardines. Crece naturalmente en las provincias del NOA y el NEA,  En Jujuy abunda tanto en los Valles como en el Ramal.
      Las flores que lo distinguen son cigomorfas, perfectas, dispuestas en inflorescencias terminales hasta de hasta 30 centímetros de largo; cáliz campanulado de 6-9 milímetros de largo; corola infundibuliforme, rosada, lilácea o magenta, de 4 a 7.5 centímetros de largo. Florece de junio a septiembre.
      La altura puede alcanzar los  30 metros y el diámetro del tronco hasta 1,5. El tronco es recto y cilíndrico; la copa de subglobosa a irregular y las ramas nacen alrededor de los 10 metros. La corteza, dura y difícil de desprender, es castaño oscuro con grietas profundas longitudinales transversales, más marcadas con la edad.
      Las hojas se disponen opuestas y son palmaticompuestas, folioladas, con pecíolo de 4 a 11 centímetros de largo; folíolos con pecioluelos de 0,5 a 4 centímetros  de largo, las centrales más largas, láminas ovadas elípticas de 5 a 19 centímetros  de largo por 1,5 a 9 centímetros  de ancho; las laterales más pequeñas con colores superpuestos, ápice agudo o redondeado, bordes generalmente aserrados.
      El fruto es una cápsula cilíndrica, péndula, de 12 a 56 centímetros de largo por 1 a 2.5 de ancho. Se lo recoge manualmente y se conserva para ser utilizado en la reproducción; se siembra a fines del invierno o principios de la primavera.
      En la provincia de Jujuy se fabrican muebles de lapacho y también se exporta la madera.
      Existe también un lapacho blanco, pero se trata de un albinismo del rosado; sólo se reproduce de gajos; si se planta por semilla, las flores de la nueva planta son rosadas.