Situada a una altitud de 2939 metros sobre el nivel del mar, esta ciudad, cabecera del departamento del mismo nombre, es considerada la capital histórica de la Quebrada de Humahuaca. Se encuentra a 132 kilómetros de San Salvador de Jujuy, por la ruta nacional 9, a orillas del Río Grande y tiene 6.158 habitantes según datos del Censo 2001.
      Fundada en 1591 por Juan Ochoa de Zárate, durante el siglo XVII su importancia creció rápidamente por estar estratégicamente ubicada en el camino al Alto Perú. Al año siguiente de su fundación, se construyeron la Capilla de Santa Bárbara y la de San Antonio; de la primera hoy sólo queda la torre, en lo alto del cerro detrás del Monumento a la Independencia; en tanto que la segunda se convirtió en el centro del pueblo junto a la pequeña plaza principal.
      En el siglo XVIII era considerado uno de los pueblos más grandes y florecientes de toda la Gobernación del Tucumán, con una población aproximada de 1600 personas entre indios, españoles, negros y mestizos. Hacia 1880 tuvo su momento de mayor prosperidad, incluso antes de la instalación del ferrocarril, llegando a ser un centro comercial más importante aún que la capital provincial.
      Se caracteriza por sus calles empedradas, en manzanas de diferentes tamaños, con sus característicos faroles de hierro, que iluminan en las esquinas, colocados en 45 grados, haya o no ochavas. En la plaza central se encuentran el Cabildo, de cuya torre todos los días a las 12 en punto hace su bendición un autómata que representa a San Francisco Solano, y la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria y San Antonio, sede de la Prelatura de Humahuaca, donde hay pinturas cuzqueñas como Los doce profetas de Marcos Sapaca, realizados en Cuzco en 1764; el Santo Domingo de Guzmán de Mateo Pizarro y un Cristo crucificado de Cosme Duarte de 1790; además de trabajos en dorado a la hoja de un ponderado sincretismo religioso.
      Entre otros, se destacan los Museos Francisco Ramoneda, Folklórico Regional, de esculturas Nicasio Fernández Mar, Arqueológico Justiniano Torres Aparicio, del Carnaval Norteño y el Monumento a la Independencia, realizado por el artista Ernesto Soto Avendaño e inaugurado en 1950.
      Antes del auge del turismo en los restantes pueblos de la Quebrada, la ciudad era ya visitada por numerosas personas, pues combina cantidad de  antecedentes históricos prehispánicos, coloniales y de la Guerra de la Independencia con montañas y pequeñas quebradas de un alto valor paisajístico, por lo que desde la década de 1960 Humahuaca contaba ya con una considerable infraestructura turística; siendo hoy uno de los principales destinos dentro de la Quebrada.
      Las fiestas patronales en honor a la Virgen de La Candelaria, el Festival de la Chicha y de la Copla y el Tantanakuy (encuentro de músicos) convocan la presencia de gente de toda la provincia, de la región y de otros sitios del país. De todas maneras es el Carnaval la fiesta que más visitantes reúne, durante ocho días de danzas callejeras y libaciones, con diversos rituales, comparsas y disfraces que lo vinculan a las tradiciones bolivianas y peruanas de la misma festividad.