Las derrotas de Huaqui y San Nicolás habían desmoralizado a las tropas patriotas. Por eso, el general Manuel Belgrano, que se hallaba en Rosario con la misión de defender los pasos del Paraná, quiso elevar el ánimo de los hombres proporcionándoles una bandera que representase a la escarapela.
Izó el nuevo pabellón el 27 de febrero de 1812 en la batería Libertad, sobre las barrancas del río Paraná. En el comunicado que remitió al Triunvirato expresaba que siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, mandela a hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la Escarapela Nacional. El gobierno desautorizó la medida, pero Belgrano no llegó a saberlo porque ya había partido para tomar el mando del Ejército del Norte.
En Jujuy, donde se hallaba con sus tropas, para festejar el segundo aniversario de la Revolución de Mayo, hizo celebrar un Tedeum en la Iglesia Matriz, donde el canónigo Juan Ignacio Gorriti bendijo la bandera celeste y blanca que el propio Belgrano sostenía en sus manos. Finalizada la ceremonia, el pabellón fue paseado y llevado hasta el Cabildo. Por la tarde, formadas las tropas ante la Bandera, el General arengó a los soldados y al público que presenciaba la escena: Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos...el 25 de Mayo será para siempre un día memorable en nuestra historia, y vosotros tendréis un motivo más para recordarlo cuando en él, por primera vez, veis en mis manos la Bandera Nacional que ya os distingue de las demás naciones del globo.
El 28 de mayo informó al Triunvirato, pero el gobierno interpretó esta actitud como una desobediencia. Belgrano respondió el 18 de julio explicando que había enarbolado la Bandera tanto en Rosario como en Jujuy. Sin embargo, como el gobierno no había declarado la Independencia, tuvo que recogerla. Pero el 13 de febrero de 1813, a orillas del río Pasaje, en Salta, Belgrano hizo jurar a su tropa fidelidad a la Asamblea del año 13, mientras la bandera creada por él era sostenida por el coronel Eustaquio Díaz Vélez. Sobre eso, Bartolomé Mitre dice: Era la misma Bandera que enarboló en Rosario en 1811, que bendijo en Jujuy en 1812, y que había tenido que arriar por orden del Gobierno, diciendo que la reservaba para el día de una gran victoria. La victoria había tenido lugar y esta vez, seguro de que el nuevo poder no le obligaría a esconderla, aprovechaba la oportunidad para jurar la Asamblea y la bandera bicolor al mismo tiempo.
Nuevamente en Jujuy, el 25 de mayo de 1813, depositó como reconocimiento al pueblo una réplica del estandarte que fue conservado a lo largo de los años en el Cabildo y la Iglesia Matriz. En 1927 se inauguró un espacio especialmente dedicado a su exposición: el Salón de la Bandera, en la Casa de Gobierno jujeña. Esta bandera está confeccionada en tela de raso blanco, consta de tres paños y lleva pintado el escudo aprobado por la Asamblea General Constituyente de 1813.
Los investigadores han procurado establecer el destino de las diferentes banderas de Belgrano. Se sabe que tras la derrota de Ayohuma, el cura de Macha, localidad boliviana próxima a Ayohuma, Juan de Dios Araníbar, amigo de Belgrano, ocultó dos banderas entre los marcos de unos cuadros de Santa Teresa que había en la Capilla del cercano pueblo de Titirí. Cuando estas banderas fueron halladas, en 1893, el gobierno argentino inició gestiones ante las autoridades bolivianas para recuperarlas. Finalmente se resolvió dejar uno de los estandartes en Bolivia y entregar el otro a Argentina.
Basándose en estos datos, se cree que la bandera de Belgrano, conocida como bandera de Macha, que guarda el Museo de Buenos Aires, es la que el general izara en Jujuy el 25 de mayo de 1812.
